- Roy Galán.
- Alfaguara.
- 176 páginas.
★★★★★
Gata odia la realidad impuesta como solo puede hacerlo alguien que espera siempre un poco más de la vida. Desde su mirada, cuestiona el relato que su madre, los profesores o la propia sociedad tratan de que acepte sin más. Ella no desea eso para sí misma. Así que en su lucha por construirse nos llevará de la mano a través de sus descubrimientos, sus dudas y decepciones para poder encontrar su lugar en el mundo.
La ternura supone ante todo un reencuentro, pretende ser un puente para atravesar el abismo sin perdernos, sin dejar atrás todo lo que nos pertenece en la infancia, esa capacidad espontánea e infinita de mostrar afecto por lo que nos emociona.
Gracias a la Editorial por el ejemplar.
¡Hola a todos! Hoy vengo con una reseña corta y distinta, pero así lo pide este libro. Es el primer libro que leo del autor pero no lo primero que leo de él. En su instagram he leído pequeñas historias que me advertían de lo que me iba a encontrar en este libro. Una historia distinta a lo habitual, pero una historia que podría ser perfectamente real.
La ternura trata sobre Gata, una adolescente que podríamos ubicar en el último estadio de la adolescencia (si eso existe) que se cuestiona muchas de las cosas de su día a día. No quiere vivir esa realidad que le han impuesto y sobretodo no quiere seguir los pasos de sus padres. Quiere ser ella misma y para eso tiene que construirse a si misma, equivocarse, enfadarse pero a fin de cuentas tiene que conocerse. Y a pesar que no es una historia lineal y que al principio me costó un poco, pero al final me encantó, además he decidido sacar mis propias hipótesis del libro.
Para mí este libro nos trata el paso de la adolescencia a ser adulto, ese cambio de la rebeldía, de no entender nada, de luchar contra todos (incluso tus seres queridos) a ese punto en que empiezas a entender el mundo. Todos hemos sido adolescentes, y sinceramente me he sentido muy identificada con Gata en muchos aspectos. Recuerdo esa época como un trance, seamos sinceros es una de las peores y mejores épocas de nuestra vida. Es ese momento en que dejas de ser una niña para convertirte en una mujer pero sin saber cómo, porqué, qué pasará y un largo etcétera de preguntas que siendo sincera hay algunas que todavía no me he respondido a mi misma. Y en el libro se ve perfectamente como ella no quiere o no se ve encajando en ningún sitio, no cree en aquello que los demás creen, ni quiere seguir al rebaño como todos hacen. Me vi tan reflejada que cuando terminé el libro tuve que llamar a mi madre para decirle cuanto la quiero, y que gracias por estar a mi lado siempre, si lo habéis leído me entenderéis.
Gata tiene su propia historia, y cuando digo esto me refiero a que todo aquello que ha vivido la ha convertido poco a poco en ella, una chica feminista que se ha convertido en eso si no que lo es y recuerda el momento exacto en que lo fue por primera vez, esa chica que a pesar de saber quye es parte de su madre sabe que es la única dueña de su cuerpo, y que también sabe que los errores de los demás no son suyos a pesar que le afecten, y también es una chica que sabe que las casualidades pueden ser un gran descubrimiento en su vida.
Amé desde casi el principio este libro, Roy tiene la capacidad de narrarte una historia en primera persona y que te sientas protagonista, también de remover recuerdos que creías olvidados y de generar alguna lagrimilla que otra. Ha hecho poesía en prosa y juro que no esperaba que me gustase tanto, y os dije que venía preparada de su IG pero no lo esperaba. Sin decir que la edición del libro es sumamente preciosa, las ilustraciones, los colores, TODO. Tenéis que leerlo, es brutal (es quizá la palabra que más se acerca).
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